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de JOSÉ ALIAS
de JOSÉ ALIAS
La intriga nos atrapa de inmediato y así nos mantiene en el transcurso de sus doscientas y más páginas, por su manera ágil, fresca y amena de contar las peripecias de sus innominados personajes, además de hacer gala de una escritura impecable. Me divertí mucho leyéndola y me dejó ese buen sabor que las buenas narraciones, como los buenos guisos, deben dejar en el gusto, el olfato y en la memoria sensitiva de quienes consumimos el preparado. (Omar Ortíz, Colombia)// Un libro lúdico, imaginativo, que sabe rasgarse la piel para mostrar el mecanismo interior de su funcionamiento. Con una escritura que combina sutilmente el registro coloquial con referencias cultas a la música, el cine y la literatura, cosa que se entiende pues el personaje es un escritor de un barrio del sur a quien los humos no alcanzan todavía a empañarle la mirada que pone sobre los acontecimientos menos trascendentales de su vecindario. Un personaje que no solo vive en la historia sino que al mismo tiempo la está escribiendo... La trama, policial, es también cautivante y está adobada con finas notas de humor e ironía, con un buen manejo de la digresión e inmersa en una historia que, tal vez por concebirla en principio su autor como parte de un diario, permite pergeñar un personaje que el lector sentirá vivo, pues (tal como sugiere Borges en alguna entrevista) no lo deja naufragar solamente en el amor ni solamente en el miedo o la incertidumbre, sino que lo hace integrarse al mismo tiempo a ese universo de cosas nimias que conforman nuestra rutina diaria y en las que cotidianamente nos perdemos... Nada de nombres es una novela que al igual que las manos de Escher se pinta a sí misma. El abismo que inauguran dos espejos enfrentados. La pregunta acerca de los límites entre la realidad y la ficción. (Rodolfo Lara Mendoza, Chile)// Libro sobre el espacio entre la escritura y la vida. También sobre el espacio entre lo surreal y la muerte. El sueño termina y el libro existe. Flores del Paraíso a una escritura para expresar lo que no existe y no se encuentra, Nada de nombres. Lo inefable, el misterio de la literatura. De la comunidad de vecinos al acuario, del axolot a la continuidad de los parques, del jazz al cine, del rock and roll al amor. De lo cotidiano a lo espiritual, de la música a la palabra, del silencio a la ausencia. Del escritor al lector en una librería. (Alejandro Mos Riera, España)//