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de OVEJERO, JOSÉ
de OVEJERO, JOSÉ
Es amargo ser huérfano
teniendo padre y madre. Amargovivir
de la caridad y el desprecio de los más allegados.
Es amargo el día y es amarga la noche,
amargos lossueños, las derrotas,
las victorias. Y qué sabor tendrá, sino amargo,
el plato que le ponen delante como pordescuido.
Tanto dolor le rompe a uno el corazón, peor aún:
no lo rompe,
lo oprime, lo aplasta, sin llegar jamás a romperlo.
Aunque jure que un día no necesitará a nadie,
que será el más fuerte, el más rico,
incluso el másbueno,
allí continúa esa baba amarga,
envolviendo su lengua como un vendaje.
Henry Morton Stanley sería siempreun hombre frugal.