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de WINKLER,JOSEF
de WINKLER,JOSEF
En los a¤os treinta, un hombre arroj¢ la talla de un Cristo de tama¤onatural por una cascada. El p rroco, pintor de im genes religiosas,encontr¢ en el lecho del arroyo el crucifijo al que en la ca¡da se lehab¡an roto los brazos y exhibi¢ aquel torso mutilado a la entrada desu parroquia. El sacr¡lego -contaba el cura- perdi¢ por su acto infame ambos brazos en la segunda guerra mundial. Poco despus, el p rrocolevant¢ en el centro del pueblo, frente a la escuela, un monumento que representaba el Infierno. Al dar su catequesis se¤alaba con el dedo y los ni¤os, pelados al rape, miraban por la ventana y ve¡an alprofanador de Cristo tendido en el suelo del Infierno.