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de ERRI DE LUCA
de ERRI DE LUCA
En ocasiones la vida consiste en tratar de desvelar el sentido ocultode las palabras.«No me considero ateo. El ateo se priva de Dios, de la enormeposibilidad de admitirlo no tanto para sí mismo cuanto para los otros. Dios no es una experiencia, no es demostrable, pero la vida de losque creen en él, la comunidad de los creyentes, sí es una experiencia. No, no soy ateo.Soy uno que no cree. Todos los días me levanto bastante temprano yreleo el hebreo del Antiguo Testamento con obstinación y como algoíntimo. Así aprendo. Siento que los trocitos que voy perdiendo en larutina cotidiana me son restituidos por una palabra que lentamentesale al encuentro de mi inmovilidad y me conforta con su contenido. En esta tarea permanezco como no creyente, soy alguien que lee lasletras superficialmente e intenta traducirlas de algún modo, enestricta obediencia a esa superficie revelada».