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de FRA MOLINERO
de FRA MOLINERO
En la España del Siglo de Oro, la palabra negro era sinónima de esclavo. A principios del siglo XVII las ciudades españolas contaban con una población de raza negra que era el resultado de una nueva etapa en la historia de la esclavitud. El teatro barroco se hizo eco de esta presencia y la explicó al público de las más diversas maneras. Autores y público colaboraban en la creación de unos estereotipos literarios que, con pequeñas variantes, fueron exportados a las Américas y al resto del mundo. Siguen vigentes hoy en la literatura, el cine y la televisión: negros graciosos e infantiles, mulatas que invitan a la sexualidadprohibida, negros santos de alma blanca y defensores del statu quo del Imperio en las armas y las letras. Lope de Vega, como era de esperar, es el artífice de un canon que no sólo reinventa el personaje de la mulata, sino que crea el del santo negro, cuya heroicidad cristiana consiste en aceptar su esclavitud y la superioridad del poder imperial español que lo ha hech