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de BORREGO, MIGUEL
de BORREGO, MIGUEL
Todos estos creadores que aquí son convocados -de los iconos de AlFayum a Beckett, de Pessoa a Medardo Rosso, de María Zambrano aBorromini, Quignard o Atget- han conocido esa noche. La ?envoltura dela letal búsqueda tras la máscara?, la noche ?que desintegra las horas en la hipótesis del sentido?. Porque las alucinaciones que en estelibro prodigioso -libro de revelaciones- aparecen, están comoretenidas en un medio más denso que el de la mera luz del día o de laclaridad razonable. Son, efectivamente, como la noche de la pintura de Lucas van der Leyden, corporalidad bañada en un aire de fuego ysalvaje nocturnidad. Ambiente de sensaciones y seres revueltos,absolutamente turbios y excitados: fulgurantes. Este viaje al fin dela noche se prolonga indefinidamente, siempre más allá de lo inmediato de su contorno o de su superficie, Hablamos, como en los increíblesdibujos de Seurat, no de línea, sino de vibración. Se diría, en fin,que estos seres, como la mujer de Rembrandt, han bañado su cuerpo enel Leteo. Engullido también como ellos en lo inmemorial, MiguelBorrego ha escarbado infatigable en las letras y las telas, en lostrazos y sueños que mayor poder y fatalidad pueden ejercer sobrealguien que, como diría Vila-Matas, gusta de pasear por la alameda del fin del mundo, un melancólico sendero situado junto al castillo deMontaigne.