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de ORSANIC, LUCÍA
de ORSANIC, LUCÍA
Los monstruos han estado presentes en el imaginario del hombre desdela noche de los tiempos. Sobre ellos se depositaron los grandestemores de la humanidad, las angustias, las aprensiones, lasopresiones y las culpas que el hombre no pod¡a cargar sobre suspropias espaldas. A lo largo de la historia se calificaron demonstruosos todos los rasgos y comportamientos que escaparan de lapresunta normalidad, establecida directa o indirectamente por lasesferas de poder propias de todas las sociedades. La teolog¡a, elderecho, la esttica, la medicina son solo algunas de las disciplinasque giran en torno a la figura del monstruo, que se convirti¢ en unobjeto de admiraci¢n, curiosidad y singularidad, as¡ como tambin enun forma de castigo, pecado y amenaza. El problema teratol¢gico queocup¢ distintas ramas del saber se tradujo tambin en la literatura,que supo proyectar de modo potico un universo monstruoso acorde concada poca y circunstancias, de ah¡ la evoluci¢n de la imagen delmonstruo literario en contextos culturales, sociales, hist¢ricos ypol¡ticos divergentes. Numerosos textos han dado cuenta denacimientos o apariciones de seres monstruosos a lo largo de lahistoria: bestiarios, historias naturales, cr¢nicas, libros deviajes, relaciones de sucesos, libros de miscel neas e inclusomanuales de p rrocos y tratados de embriolog¡a sagrada, donde sedebat¡a a prop¢sito del bautismo de los monstruos hasta bien entradoel siglo XVIII. Los libros de caballer¡as castellanos no fueronajenos a la tradici¢n teratol¢gica y en sus p ginas desfilaron todasuerte de monstruos, tradicionales y novedosos, que el caballeroandante deb¡a enfrentar en su periplo. Pero ¨qu sucede cuando lomonstruoso est representado por el principio femenino? Desdeantiguo, la mujer encarn¢ la polaridad belleza-peligro y las diversasrepresentaciones que de ella se hicieron a lo largo de la historiaponen de manifiesto la tensi¢n entre la divinidad y la demonizaci¢nque se genera a su alrededor. La mujer-serpiente encarna el arquetipode lo monstruoso femenino, reforzado por la hibridaci¢n teratol¢gicaque vuelve sobre uno de los animales m s emblem ticos del imaginariosimb¢lico occidental: la serpiente.