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de GESCHÉ, ADOLPHE
de GESCHÉ, ADOLPHE
Dos de los rasgos que sin duda caracterizan la cultura actual son lalaicidad, o sea, la pretensión de vivir las distintas realidades de la existencia sin ponerlas en relación con Dios, y el respeto y apreciodel pluralismo, que conlleva el rechazo a la imposición de cualquiercreencia o verdad.En principio, ambas ideas podrían considerarse contrarias tanto a lafe cristiana, que precisamente quiere encontrar a Dios en todos losámbitos de la vida, como al monoteísmo, que postula la existencia deuna única realidad absoluta.La genialidad de la reflexión teológica de Adolphe Gesché parte de noaceptar tal conflicto. Para él resulta obligado esforzarse pordialogar con la mentalidad moderna y sus valores si se quiere seguirhablando bien de Dios y bien del hombre. En este sentido, elcristianismo debe recuperar de su interior aquellas afinidades que leconectan con el ateísmo y con el rechazo a las verdades absolutas,para alcanzar la única verdad que promueve la comunión de todas lassensibilidades verdaderamente humanas. Sólo así podrá profundizar enla paradoja que caracteriza su ser.