¿Necesitas ayuda? Llámanos al 967 225 863
de ANDRADE CAMPO-REDONDO, GABRIEL
de ANDRADE CAMPO-REDONDO, GABRIEL
"Bastantes científicos escribe el autor en la introducción a este libro saben que investigar el cerebro es más importante que investigar el alma, que vale más intentar descubrir una nueva especie de insecto que un nuevo demonio, que es más urgente calcular los riesgos del choque de un meteorito o el calentamiento global que la fecha de llegada del Anticristo. Pero, extrañamente, esos mismos científicos quieren dejar las cosas en su santo sitio. Aunque a muchos les parecerá probablemente una tontería el tipo de cosas que se estudian y discuten en las facultades de teología, no quieren sabotearlas. Siempre y cuando haya recursos financieros destinados a los laboratorios, no hay mayores objeciones para que los teólogos tengan sus facultades. En este libro deseo criticar este conformismo por parte de los científicos. Estos presentan objeciones a la alquimia, la parapsicología, la astrología o la homeopatía, pero callan frente a la teología."
Gabriel Andrade nació en Maracaibo (Venezuela) en 1980. Obtuvo una licenciatura en Sociología, una maestría en Filosofía y un doctorado en Ciencias Humanas en la Universidad del Zulia. Es profesor en esa misma universidad, donde imparte cursos de filosofía y sociología. Ha escrito numerosos artículos sobre estudios de la religión desde una perspectiva sociológica, histórica y filosófica. Es autor de varios libros, entre ellos La crítica literaria de René Girard, El darwinismo y la religión y Breve introducción a la filosofía de la religión.
Ha publicado en esta misma colección La inmortalidad ¡vaya timo! y El posmodernismo ¡vaya timo!, con prólogo de Mario Bunge.
«Una serie valiente y necesaria que no retrocede a la hora de meterse en aguas turbulentas, no sólo turbias, y de plantear debates que comprometen rutinas mentales sacrosantas» (Fernando Savater, El País)
«Excelente colección» (Mario Bunge)
«La colección más crítica» (Muy Interesante)
«Una invitación a reflexionar» (Babelia)
«Magnífica colección» (Salvador López Arnal, El viejo topo)