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de IONESCU, ÁNGELA C.
de IONESCU, ÁNGELA C.
«Buenafuente se acurruca entre el cerco de montes poblados de sabinas, árboles que llevan oloroso incienso en su madera [...], que loguardan celosamente, como a perla preciosa». Así comienza este relatosobre el último tramo -cuarenta años o algunos más- del monasteriode Buenafuente del Sistal. Pero, más profundamente, Buenafuente no seexplica sino desde la coincidencia de aquellos que han buscado ysiguen buscando sinceramente la dimensión espiritual de sus vidas. Elinicio de esta historia fue un grito de auxilio a la vez que unofrecimiento de hospitalidad: «Tenemos soledad, desierto, silencio,oración, pobreza, no os los damos, queremos compartirlos convosotros». Y como semilla fecunda prendió en el corazón de muchos.