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de TRUEBA,DAVID
de TRUEBA,DAVID
Sylvia cumple dieciséis años el día en que comienza esta novela. Para celebrarlo organiza una falsa fiesta que sólo tiene un invitado. Horas después sufrirá un accidente que significará su entrada en la vida adulta. Su padre, Lorenzo, es un hombre separado que trata de tapar los agujeros que el fracaso laboral han causado en su rutina. Ariel Burano es un joven jugador de fútbol que deja Buenos Aires para fichar por un equipo español. La caja de los triunfos no parece difícil de abrir para su superdotada pierna izquierda y será cuestión de tiempo que el estadio coree su nombre. El anciano Leandro, en cambio, es precisamente tiempo lo que no tiene. Estos son los cuatro personajes principales de Saber perder. Con las relaciones entre ellos se trenza un apasionante relato de supervivientes. Una mirada inteligente, llena de humor y emoción, pero que reivindica, por encima de todo, la maravillosa aventura de vivir.«Es una novela compleja y excelente, además de bien escrita... Un espléndido regalo» (Ricardo Senabre). El mejor libro del año según El Cultural de El Mundo. Premio de la Crítica 2009.
1 valoraciones
Más de 500 páginas leídas en menos de una semana, hacía tiempo que un libro no me enganchaba tanto. Descripiciones de personajes entrelazados que viven historias de amor en diferentes edades, situaciones y ambientes. Amor sobre todo en "pareja" pero sin dejar de lado el cariño de la familia, los amigos, compañeros de trabajo, profesores...
Muchas experiencias vividas por cuatro personajes que se entrelazan entre sí, que tienen su vida en común y otra más allá de las puertas de casa. Un estilo narrativo ágil y fácil de leer, aunque el autor salte de una historia a otra, e incluso algunos de los capítulos tengan una estructura un poco peculiar utilizando analepsis (flashback) que enlazan perfectamente con el principio y el fin del mismo.
Es difícil comentar el libro sin destripar la trama, así que me limitaré a recomendároslo.
Estoy de acuerdo con Trueba y unas declaraciones que hizo en El País, Saber perder no es un libro triste, pero solo después de un buen rato de terminar de leer el libro, cuando te ha dado tiempo a saborearlo y reflexionarlo.
