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de BELTRAN,EMILIO
de BELTRAN,EMILIO
La Ley Concursal (Ley 22/2003, de 9 de julio) puso fin a una de las reformas más largamente esperadas de nuestro ordenamiento jurídico, aproximando la legislación española a la de los países de nuestro entorno y, sobre todo, al Reglamento (CE) 1346/2000, de 29 de mayo, sobre procedimientos de insolvencia.
Con posterioridad, y a consecuencia sobre todo de la crisis económica, el concurso de acreedores ha pasado a ocupar un lugar destacado en el panorama de la economía española y a ser una de las grandes preocupaciones de las empresas que participan en ella. La aplicación de la Ley Concursal ha aumentado sensiblemente en los últimos años como consecuencia de la situación de la economía española. Precisamente, el aumento de su aplicación práctica ha llevado a modificar la Ley Concursal en varias ocasiones para tratar de corregir determinados aspectos que se consideraban disfuncionales. El Real Decreto-ley 3/2009, de 27 de marzo, de medidas urgentes en materia tributaria, financiera y concursal ante la evolución de la situación económica, modificó alguno de los preceptos de la Ley Concursal con el objetivo de facilitar la refinanciación de las empresas inmersas en dificultades financieras, de agilizar los trámites procesales, de reducir los costes de la tramitación del procedimiento concursal y de mejorar la posición jurídica de los trabajadores de empresas concursadas.