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de A. S. TORRES
de A. S. TORRES
«Y ahí estaban… La hora de las confesiones, Aria no quería que Anto se hiciera falsas ilusiones de que ahora era su turno, ella no iba a contarle absolutamente nada acerca de ella». Aria y Anto despiertan una mañana en una habitación separados únicamente por un cristal. Pueden verse, pero no tocarse, aunque Aria no tiene ninguna intención de siquiera acercarse al engreído de Anto. A pesar de ser tan distintos tendrán que mantenerse unidos si es que quieren salir de allí y descubrir cómo llegaron a ese lugar y por qué fueron elegidos para formar parte del experimento.