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de CARMONA GARCÍA, JUAN IGNACIO
de CARMONA GARCÍA, JUAN IGNACIO
¿Qué vemos cuando miramos un cuadro como "Niño con piojos", pintadocon un tremendo realismo por Murillo en la capital hispalense hacia1650? En él se refleja con crudeza y exactitud toda la miseria, elabandono y la malnutrición que soportaban por aquellos tiempos lasclases populares y menesterosas de la sociedad sevillana. A eso quevemos hace referencia, de forma compendiada, el contenido de estelibro. Insalubridad: un mozalbete sucio y tiñoso que está intentandoquitarse lo parásitos que invaden su cuerpo y su deprimente vestimenta en una estancia igualmente inmunda y tétrica. Desamparo: en elambiente y en la persona impera la indigencia, el niño, solitario ytal vez huérfano, sin calzado y harapiento, está sentado en el lóbrego suelo y apoyado en una pared desconchada, no hay enseres en elaposento ni en la ventana, por el contrario, se destaca la presenciaprimorosa del cántaro, motivo tópico de la pintura de la época, perotambién símbolo de la escasez que había de agua buena y del humildeoficio de aguador. Hambre: cascarilla y alguna fruta es toda la comida que se muestra, representación idónea de la subalimentación quepadecía la población sencilla, víctima una y otra vez de las repetidas crisis de subsistencia que tan asiduamente provocaban penuriafrumentaria, carestía e inanición. Estos factores de la realidadcotidiana de la masa popular de Sevilla son los que se desarrollanaquí mediante un estudio de larga duración (desde el siglo XIV hastael XVIII) y con profusión de documentos de archivos históricos.