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de CAVESTANY SAGNIER,FERNANDO
de CAVESTANY SAGNIER,FERNANDO
El 19 de julio de 1936, cuando yo tenía quince años, cuando se forman las ideas, entraron en mi casa, sin llamar, unos individuos con pañuelos rojos, mal encarados, para llevarse a mi padre, culpable de graves delitos: ser católico, ingeniero y, usar corbata. Salvó la vida paseando los primeros días por la calle, en alpargatas; tuvo durante la guerra cinco domicilios, perdió 20 kilos... Para mí, desde el primer día estaba claro quiénes eran nuestros verdugos y en quién teníamos puestas las esperanzas para conservar la vida: el desconocido general Franco, quin se había alzado contra una República podrida y sanguinaria que asesinó al jefe de la Oposición, José Calvo Sotelo, quemó iglesias y dió muerte a cuantos obispos le salieron al paso, como a miles de religiosos, o infelices monjas. Los rojos dieron lugar a la guerra, provocándola. Es evidente que este adolescente de quince años sólo podía ser franquista, y aunque reconozco que la forma política de Dictadura no sea la ideal, no puedo olvidar que si Franco nos quitó la libertad de votar, en cambio nos permitió la libertad de vivir. Yo, a los diecisiete años, fui voluntario en el frente, uno de sus soldados.