¿Necesitas ayuda? Llámanos al 967 225 863
de URQUIJO,J.IGNACIO
de URQUIJO,J.IGNACIO
Coria en el año del señor 1555 y Tomás se aproximaba a Cáceres con el lento caminar que imprimían las bueyes al carro.
Llevaba una carga pesada, diez hermosas piedras de cantería que su padre enviaba a la casa palacio del deán. Las piedras serían labradas para acometer una pequeña reforma del claustro de Don Diego Corominas,
deán de la Catedral de Coria y heredero de un marquesado cacereño, el del Encinar.
Su palacio distaba dos calles de la hermosa Iglesia de Santa María y estaba también cercano al palacio del obispo, no tan lujoso y acondicionado como el que tenía en su sede de Coria, pero bien fortificado
y que cumplía su función de segunda residencia y despacho para todo lo concerniente a la diócesis en la ciudad.
Un relato de aventura en la Extremadura del siglo XVI, el reino de Portugal y sus colonias americanas.