¿Necesitas ayuda? Llámanos al 967 225 863
de PARAGES, DAVID
de PARAGES, DAVID
Hay cosas peores que tener un ojo vago. Por ejemplo, que los chicos del barrio se metan contigo o que tus padres no te hagan caso. Esto le sucede al protagonista de nuestra historia hasta que decide cambiar de punto de vista: "DESCUBRÍ QUE TAPANDO EL OJO BUENO, MI OJO VAGO LO VEÍA TODO DIFERENTE". El ojo vago demuestra que, con imaginación y valentía, se pueden transformar las cosas y que no todo es lo que parece. Depende del ojo con el que se mire.