¿Necesitas ayuda? Llámanos al 967 225 863
de VIVES AGUILELLA, JUAN ANTONIO
de VIVES AGUILELLA, JUAN ANTONIO
Siempre he sentido a flor de piel -dice el autor- el valor humano yevangélico de la misericordia, del amor personalizado y lapreocupación preferencial por el amplio mundo de la marginación. Yprecisamente por ello he admirado de forma especial dicho valor ydicha preocupación en la vivencia personal del Santo de Asís. Él-seguidor radical del mensaje evangélico en todo momento ycircunstancia- fue también -y no podía ser de otro modo- un seguidorincondicional del amor -culmen y esencia de la Buena Noticia-, y de un amor además que, tras las huellas del Maestro, tiene siempre lavirtud de responder a las necesidades concretas de la persona amada yadquiere así su dimensión de amor personalizado y hecho «a la medida»del otro. Y él también, como el Maestro, se sintió impulsado a atender de modo particular a los apartados, excluidos, pobres y pecadores,pues «no necesitan del médico los sanos, sino los enfermos».