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de ALINOVI, MATÍAS
de ALINOVI, MATÍAS
Desde la Antigedad, quienes empezaron a mirar el mundo con los ojosde la raz¢n, desechando definitivamente las elucubraciones de losobrenatural, tuvieron la difusa percepci¢n de que hab¡a "algo" en eluniverso que se conservaba, algo que lo manten¡a en funcionamiento sin gastarse ni aumentar, permitiendo que los fen¢menos se manifestaran,y eligieron para "aquello" desde diversas sustancias -como el aire, el agua, el fuego- hasta conceptos m s abstractos como los n£meros.Durante la Revoluci¢n Cient¡fica, y al librarse la ciencia de lapesada herencia aristotlica, se empez¢ a sospechar -por obra deDescartes- que aquello que se conservaba estaba relacionado conalgunas propiedades del movimiento. As¡ se comenz¢ a recorrer el grancamino que, integrando paso a paso el calor y la electricidad, condujo hasta la actual ley de leyes, la ley de conservaci¢n de energ¡a -queteor¡a de la relatividad mediante incluye a la materia-. Ese caminoestablece un precioso v¡nculo con aquellos fil¢sofos que en Grecia seatrevieron a pensar sin la ayuda, siempre sospechosa, de los dioses.