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de BARTOLOMÉ LAFUENTE, JUAN JOSÉ
de BARTOLOMÉ LAFUENTE, JUAN JOSÉ
El seguimiento de Jesús es «buena noticia», no yugo pesado, aburrido o triste. A los discípulos de Cristo hoy nos falta vivir el Evangeliocon más alegría. No son muchos los que entre nosotros saben gozar desu vida, mientras siguen a su Señor. El Dios de las bienaventuranzases el futuro de cuantos logran vivir ya satisfechos sin haberloconseguido todo ya, de quienes, aún en el dolor o la enfermedad, saben sonreír gratis, y siempre, al hermano que se les acerca. La alegríaevangélica no brota de «lo divertido que nos lo pasamos», sino desaborear cuánto Dios nos ama. Agustín de Hipona concluía una homilíasobre las bienaventuranzas diciendo: «En la medida de misposibilidades, he expuesto a vuestra caridad todas lasbienaventuranzas de Cristo. Os veo que estáis alegres, como queriendoescuchar todavía más. Vuestra caridad me ha provocado a decir tantascosas y hasta hubiera podido decir otras muchas, pero es mejor querumiéis bien lo recibido y lo digiráis para vuestra salud».