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de DARABUC
de DARABUC
DARABUC, autor de La vieja Iguazú, es el seudónimo de Gonzalo García, quien con este libro se lanza por la senda de los galardones literarios a la literatura infantil, ya que obtuvo el Premio del Cepli (Luna de aire) en su segunda edición. El poemario propone una historia. Se trata, pues de poesía épica: la historia de una mujer mayor con nombre de río y de catarata entre Brasil y Argentina: Iguazú, cuyo significado habrá que descubrir. En la historia la protagonista avanza torpemente («un piececito y el otro») por unos versos ágiles que resultan buscadamente desiguales, y se encuentra con todo tipo de personajes y situaciones. Para todos tendrá un cuento, y todos terminarán acudiendo a su cita diaria, desde el alcalde hasta la panadera, el guardia urbano, la médico, el barrendero y, por supuesto, los niños. Hasta que cierto día Iguazú no hace acto de presencia: se ha ido al Infinito, un lugar de donde no se vuelve para contar historias a los niños ni para sermonear al barrendero o al guardia, o para acordarse de los suyos. Poesía narrativa, pues, poesía de muchas lecturas, poesía con momentos de humor («las cacas de las palomas, ¡puaj!»), y con ese momento final triste, que advierte sobre la definitiva ausencia de Iguazú, no muy frecuente en la Literatura destinada a los menores. Libro, pues, insólito en muchos aspectos y detalles, donde se asientan las palabras en sus sentidos plenos, donde se juega con ellas, se las obliga a situarse en el verso, y donde éstas se inclinan a la magia de su autor: buen comienzo éste. Las ilustraciones, en dos tintas, caracterizan perfectamente a los personajes, y los dotan de expresión y movimiento, tanto en los momentos felices como en la constatación definitiva de la ausencia de Iguazú. -Antonio A. Gómez Yebra- Diario Sur, páginas de cultura del 7 de octubre de 2005