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de PORTILLO FERNÁNDEZ, JESÚS
de PORTILLO FERNÁNDEZ, JESÚS
En sus lecciones sobre la filosofia del espiritu, Hegel asume el mandato del oráculo délfico, hombre conócete a ti mismo. El hombre ocupa un puesto intermedio entre la naturaleza y la divinidad. Esa era precisamente la concepción griega de lo humano, que Hegel toma como punto de partida. Pero en esa franja intermedia entre lo natural y lo divino el hombre no está definido de una vez por todas, ni está emplazado ni estancado, sino que está en tránsito: el hombre procede de la naturaleza, de la cual ha despertado como de un profundo letargo y en la que en ocasiones vuelve a recaer precisamente en momentos de adormecimiento e incosciencia, y se encamina hacia la divinidad, a la cual aspira habiéndola saboreado también en momentos de intelección pura.