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de ARAQUE JIMÉNEZ, EDUARDO
de ARAQUE JIMÉNEZ, EDUARDO
Desde el primer tercio del siglo XVIII las Sierras de Segura y Cazorla se convirtieron en el principal centro de producción maderera del sur de España. Aunque estaban prácticamente incomunicadas por víaterrestre con los principales centros urbanos andaluces y murcianos,tanto los ríos Guadalquivir y Segura, como los principales afluentesde cabecera de los mismos, podían utilizarse para transportar hasta el mercado las piezas de madera que con tanta prodigalidad ofrecían losmontes. Los pineros eran los trabajadores encargados de conducir esaspiezas por los cauces, procurando siempre que la carga transportadallegara en las mejores condiciones hasta los distintos saquesestablecidos en la ribera de los ríos. A base de un gran esfuerzofísico y de unas durísimas condiciones de vida, los pineros lograroncasi siempre cumplir con ese cometido. La figura de estas sacrificadas gentes de río, loadas y admiradas en todas las localidades ribereñaspor las que atravesaban, desapareció para siempre a mediados del siglo XX, una vez que se impuso definitivamente el transporte motorizado.