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Editorial:
EDITORIAL GEDISA, S.A.
Materia:
Alemán
ISBN:
978-84-7432-553-9
Páginas:
192
Encuadernación:
OTROS
Colección:
VARIAS
Idioma:
Castellano

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OPINIONES DE LOS CLIENTES

Crítica de Violeta PÉREZ sobre "Manual de traducción Alemán-Castellano"

Comentado el por

La editorial Gedisa ha publicado ya tres
volúmenes en una nueva colección de manuales
de traducción que se basan fundamentalmente
en ejemplos recogidos de la
enseñanza de esta disciplina. Así, en el tercero
de los libros de esta serie Manual de
traducción. Alemán /Castellano (los dos anteriores
estaban consagrados a la traducción
del francés y del inglés) Anna María
Rossell Ibern propone, en primer lugar,
una reflexión general sobre la práctica traductora
y analiza los errores y vicios más
corrientes, con múltiples ejemplos, de textos
traducidos del alemán al español.
Es obligado decir que no sobran manuales
así de accesibles y ejemplificados de
problemas de traducción alemán/español
dirigidos al aspirante a traductor y concebidos,
como éste, con la idea de que
aprender a traducir sólo a partir de la teoría
es una tarea imposible.
En este manual, la autora presenta los
problemas de traducción más frecuentes,
analizados de forma comprensible y que
además, sorprenderán al lector no iniciado,
pues es difícil imaginar que puedan
cometerse errores en la traducción del
alemán por culpa, por ejemplo, de "falsos
amigos" léxicos, que todo el mundo supone
existen sólo en italiano (el clásico salire
por "salir" por la traducción correcta "subir")
o en francés {quitter por "quitar" en
vez del correcto "dejar", "abandonar",
chatte, "chata" por "gata", etc.), y que demuestran,
una vez más, que las apariencias
engañan, y no sólo en las lenguas románicas.
Muy ilustrativos resultan también los
ejemplos de puntuación del epígrafe 3.6,
La interrupción incómoda del mensaje y del
3.7 titulado Los signos de puntuación donde,
además del análisis de ejemplos concretos
de traducción se ilustra el texto con errores
de nuestra propia lengua con frases sacadas,
sin ir más lejos, de textos periodísticos.
Esa "incomodidad" del mensaje —
dice la autora—, se observa en el lenguaje
periodístico con bastante frecuencia; como
ejemplo, aporta estas frases sacadas del
diario El País, 27 de marzo 1993, página 19:
El candidato del Partido Popular tenía
ayer, por primera vez, aspecto de estar algo
cansado.
"Tener aspecto de algo" es una locución,
y no deben separarse sus elementos.
La autora propone la traducción alternativa:
"Ayer por primera vez, el candidato
del Partido Popular tenía aspecto de estar
algo cansado".
En ocasiones, hasta puede producirse
un cambio de sentido en el mensaje, y el
ejemplo que ilustra este caso esta también
extraído de El Pais, 21 de febrero de 1993:
El presidente turco trata en Croacia de
impedir la extensión de la guerra.
Según se lee, el presidente turco esta negociando
en Croacia para conseguir parar
una guerra que se está desarrollando en otro
lugar, mientras que lo que pretendía decirse
era que "el presidente turco trata de impedir
la extensión de la guerra en Croacia".
Es decir, que, si bien en la mayoría de
los casos no hay cambio de significado,
este tipo de negligencia en el estilo provoca
una cierta incomodidad al lector.
Es interesante también el ejemplo del
mismo problema en un fragmento del Diario
de Moscú de Walter Benjamin como exíeronymus
167
plicación de lo que ocurre en una traducción
donde se separa el verbo de su complemento
o se interrumpen locuciones, o
éste que reproducimos, del que se puede
llegar a obtener una lectura más cómoda y
ligera para el lector:
Ich kaufe bei einem Straßenhändler... eine
kleine Puppe, Stanka-Wanka, für Daga ein,
hauptsächlich um bei dieser Gelegenheit für
mich selbst auch eine zu bekommen.
( Moskauer Tagebuch, p . 41 )
A un vendedor callejero le compro...
una munequita, stanka-wanka, para Daga;
sobre todo para, aprovechando la oportunidad,
comprarme yo también una.
La autora explica que, interrumpir la
proposición final después de la conjunción
hace incómoda la lectura, y propone la
versión: "A un vendedor callejero le compro
una munequita... para Daga, pero sobre
todo aprovecho la oportunidad para
comprarme...", y continúa explicando lo
que ocurre cuando en los incisos se separa
el verbo de su complemento, cosa que,
aunque no transgreda las reglas de la gramática,
hay que saber hacer con elegancia.
Como puede verse, el manual de esta
profesora de Filología Alemana de la Universidad
de Barcelona, no es un tratado
teórico sobre dificultades lingüísticas y su
problemática a la hora de traducir alemán,
sino de cuestiones concretas, especificas,
ilustradas y aclaradas siempre con ejemplos
varios, no sólo literarios, sino de disciplinas
diversas o incluso de la lengua corriente,
lo cual aumenta el espectro de lectores,
o estudiantes, o estudiosos de la
práctica de la traducción a los que puede ir
perfectamente dirigido.
Así, el manual aborda en tres amplios
capítulos, problemas léxicos, sintácticos y
estilísticos, y contiene además dos apéndices
interesantes sobre las fuentes utilizadas
(donde aparecen, como hemos indicado
ya, citas de los clásicos —Kafka, Fontane—,
autores españoles contemporáneos
como Vázquez Montalbán, agencias de
prensa —alemanas y españolas—, revistas,
etc.), y una bibliografía básica que recoge
los textos de los que la autora se ha servido
para la elaboración del manual.
Divertidos, como siempre, los errores citados
en el capítulo titulado Del diccionario
como enemigo (apartado 2.3 del capítulo segundo:
Problemas léxicos), argumento éste,
siempre un tanto delicado para quienes intentamos
que el estudiante no haga militancia
del uso del diccionario y sea capaz de
leer su texto traducido —del que es autor—,
libre del corsé del texto original alemán y de
las equivalencias que le ofrece el diccionario
y que, por tanto, le quitan libertad de ver y
buscar en la riqueza de su propia lengua.
Como manual, el libro resulta ilustrativo
y de cómoda lectura, amenizado además
con tan variados ejemplos extraídos
—como ya dijimos— de tan diversas fuentes,
y que presentan problemas inherentes
en general a la actividad de traducir y no a
tendencias de un texto específico.
Así se presenta este libro al lector desde
el primero de sus capítulos, donde se comienza
por analizar "La operación traductora.
Valoración global de sus dificultades".
El traductor, una vez analizado y
comprendido el texto, se encuentra en una
situación parecida a la del autor, y en este
sentido corre los mismos riesgos de cometer
errores que cualquier autor, aunque,
sobre este particular no profundiza la autora,
ya que el manual no entra en cuestiones
particulares en lo referente al estilo.
Esto, en cualquier caso, no impide recomendar
su lectura, no sólo al aspirante a
traductor, sino también al filólogo, pues
recoge aspectos lingüísticos en los que, a
veces, no se profundiza lo suficiente en la
enseñanza de esta disciplina.

Violeta Pérez