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de SOLER ONÍS, YOLANDA
de SOLER ONÍS, YOLANDA
«Norte y sur son apenas el final de una ruta para las aves de paso[...], y dos enclaves geográficos en la biografía de Yolanda SolerOnís: nació en Santander, en 1964, y actualmente reside en Las Palmas[...].» Supongo que escribí estas líneas en 1987 -a esta fecha ya sinvigencia se refiere el adverbio «actualmente»-, pues las he encontrado manuscritas en unas cuartillas dentro de mi ejemplar de Sobre elámbar, publicado en aquel año. Imagino que es el esbozo de una columna que escribí sobre la autora y que se publicó, si mis anotaciones nose equivocan, en el Diario de Avisos de Tenerife el día 9 de abril de1987. Recuerdo cómo llegó este primer libro a mis manos. RamónBuenaventura acababa de publicar Las Diosas Blancas (Hiperión, Madrid, 1985), su «Antología de la joven poesía española escrita pormujeres». Pese al acierto que tuvo con el libro, en aquel momentopensé que se había apresurado, y que su precaria información, el mismo Buenaventura lo confiesa en el prólogo, había propiciado el olvido de algunos nombres que me parecían importantes y el absolutodesconocimiento de lo que estaba ocurriendo fuera de Madrid en esteámbito. Escribí con vehemencia militante -por lo de «joven»: entoncescreía en mí generación y uno de sus rasgos principales eraprecisamente éste, la irrupción de una «poesía escrita por mujeres»-un par de columnas de «El balcón de enfrente» sobre el asunto. En unapuse como ejemplo de que el fenómeno tenía una amplitud mayor aYolanda Soler Onís, cuyos poemas, delicados y sugerentes, había leídoen un número de «Borrador», el suplemento literario del Diario deAvisos que dirigía Fernando Senante. Dudo que supiera algo más sobrela autora aquellos días, sólo tenía un nombre y unos poemas, y laclara intuición de sentirme coetáneo a aquellos versos.