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de TORRES QUEIRUGA,ANDRES
de TORRES QUEIRUGA,ANDRES
La revelación interpretada como ½manía+ y posesión o como ½dictado+ divino ha terminado su ciclo. La crítica bíblica desmontó el literalismo. La autonomía del mundo impide verla como intervencionismo milagroso; y la del sujeto, como imposición extrínseca y autoritaria. El sentido histórico deslegitima todo particularismo etnocéntrico. Tales son las cuestiones que afronta este libro, desde un principio radical: Dios, creando por amor, quiere revelarse plenamente a todos, desde siempre y en todas partes. Las limitaciones, oscuridades y aun horrores del proceso nacen de la limitación o la resistencia creatural; jamás de un ½silencio+ u ½ocultamiento+ por parte de Dios. Al contrario, la revelación avanza gracias a su ½lucha amorosa+ para vencer las resistencias y comunicar su salvación.Desde ahí esta obra estudia tanto el surgir originario como la transmisión histórica. La revelación no es un dictado milagroso, sino un ½caer en la cuenta+ de la Presencia fundante y siempre activa: ½Dios estaba aquí, y yo no lo sabía+. Lo descubre uno ?profeta o fundador?, pero Dios está queriendo manifestarse a todos con idéntico amor. Por eso el anuncio ejerce de ½mayéutica histórica+: el creyente crítico es despertado por el profeta, pero no cree porque lo dice el profeta, sino porque él o ella se reconocen en lo dicho: ½ahora ya lo hemos escuchado nosotros+ (samaritanos); ½la Biblia y el corazón dicen lo mismo+ (Franz Rosenzweig). Esto vale para el individuo y vale para toda religión. El diálogo de las religiones se sitúa así en un espacio común, postulando nuevas categorías ?pluralismo asimétrico, teocentrismo jesuánico, inreligionación? y propiciando un nuevo espíritu de acogida, respeto y colaboración. La obra se cierra analizando el significado de la revelación como Escritura y la ulterior formalización en el dogma y la teología.