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de MICHEL FOUCAULT
de MICHEL FOUCAULT
¿Qué hace la historia de las ideas? Describir campechanamente lo quedescubre al seguir el hilo de la progresión temporal. Esto, objetaFoucault, es confundir la aparición de las dispersas ruinas de untemplo con el templo mismo. Y, ríe de esta insuficiencia y de estaingenuidad. Allí está la enemiga mortal de la arqueología, esaconfusión que constituye el principio de la doxología. Su ámbito, laopinión, es incompatible con el ámbito de aquella, la episteme. Elarqueólogo se consagrará a la reconstitución de la episteme de unaépoca porque esta goza de una primacía de derecho: ella es la quepermite la existencia misma del conjunto incoherente de las opinionescontemporáneas. Creer lo contrario, como hace el doxólogo, creer quede la infatigable confrontación de las opiniones surgirá la unidadinteligible, es invertir el orden de las causas y de los efectos, escometer una falta de lógica. Es necesario descender profundamente bajo el nivel doxológico para volver a encontrar el "basamento"arqueológico que representa sus condiciones de posibilidad.