¿Necesitas ayuda? Llámanos al 967 225 863
de BENEDICTE,DAVID
de BENEDICTE,DAVID
SUSPIRO. El culo acomodo
en la taza y, al mear, hago
un ruido de mil demonios.
¿Una pausa? Sí. Las cosas
no mejoran con el grifo
abierto y los pantis a la
altura de los tobillos.
Nada como contemplarse
una misma a una misma.
Miro hacia mi ventisquero
luminoso. Dentro hace
frío. No tengo remedio
me digo
abocados están mis días
a tardes de intravenoso
y cruel arrepentimiento.
¡Santa, puñetero Santa,
nunca sabrás dónde está mi
clítoris ni qué hacer con él!