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de FLOREZ,JESUS
de FLOREZ,JESUS
Pese a los indudables progresos que hemos conseguido en elcontrol del dolor durante los últimos decenios, siguen existiendoprocesosdolorosos que se resisten, rebeldes, a ser aliviados. Con laperspectiva quenos da el conocimiento creciente de la biología molecular, podemosafirmar queel devenir evolutivo ha sido extraordinariamente generoso a la hora de asegurarla entrada de información sensorial. En cierto modo se desentiende desi esainformación conlleva o no la capacidad de provocar la percepcióndolorosa, oincluso trata de asegurar que ésta no falte como medio de facilitarlapermanencia de la especie frente a la agresión. Ese lujo deinfluencias que, a travésde receptores, canales, vías de señalización y redes informativas
auténticamente redundantes, y que terminan por integrarse en distintos núcleosy áreas cerebrales, resulta a veces imposible de controlar.Por eso lafarmacología del dolor se enfrenta a los mismos retos que apreciamosen otrasáreas de la enfermedad, hemos solucionado muchos problemas, pero nosrestan losmás difíciles.Hay dolores que exigen la acción de un especialista endolor. Pero existen ciertos dolores en cuyo tratamiento todo médicodecualquier especialidad, incluido el médico general, debe sentirse
especializado. Eso exige conocimiento y estudio, interés y práctica.