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de MARÍA LUISA DANA BONILLA
de MARÍA LUISA DANA BONILLA
María continuó metiendo ropa, en bolsas grandes de plástico negro. Cogió de la percha una rebeca blanca de hilo y la olió, el perfume de su madre seguía allí, las lágrimas se deslizaron por su cara, cuántas veces se la había pedido prestada, la apartó y l
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