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de AA.VV
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El rey era bueno, pero tenía muchos enemigos. Las grullas,fieles y leales,estaban preocupadas por él. Siempre contaban con la posibilidad,especialmente de noche, de que los enemigos cercaran el palacio para apoderarse del soberano.
-¿Qué podemos hacer?-se dijeron para sí-.
Los soldados,en lugar de hacer la guardia, se duermen; sus perros están siempre de caza y cansados,no podemos confiar en ellos.Nosotras tendremos que vigilar el palacio y así nuestro rey podrá dormir tranquilo.
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